Days Missing #01

El primer número de una serie que guarda la promesa de ponerse interesante al contar con un personaje que ha vivido desde el inicio de nuestro planeta.

Roddenberry Productions (fundado por Gene Roddenberry, creador de Star Trek) presenta una publicación de Archaia, con Phil Hester (Darkness, Deep Sleeper) como escritor, Frazer Irving (Seven Soldiers: Klarion, Gutsville) de ilustrador y a Trevor Roth como el creador de esta serie de cinco partes, Days Missing. En ella nos presentan un personaje singular, uno que en verdad podría presumir de inmortalidad al contar sobre su existencia, incluso desde el inicio de nuestro planeta, desde antes que los dinosaurios; de alguna forma se le podría llamar “casi un Dios” al que poco se le conoce y al que solo le rodean los misterios sobre cual finalidad tiene su existencia.

La narrativa, aparte de contar sobre lo que se trata esta primera entrega (en pocas palabras, “un evento a nivel de extinción”), debe su potencial al detalle en como nos muestran a este ser durante su soledad, frustración, esperanza, la búsqueda de un significado, las preguntas sobre sus inicios, y más aún, las preguntas que sin esperar momento surgen en el lector haciéndolo de alguna forma “esclavo del escritor” ¿cómo apareció por primera vez? o ¿cómo fue su nacimiento? ¿Cuál es el propósito de esta existencia? Son asuntos que inmediatamente uno espera ver desarrollados en los próximos números.

Sin embargo, algo que me deja un tanto inquieto es que al tener un personaje tan fuerte, tan antiguo y en su mayoría tan sabio, uno esperaría contar con un antagonista físico de igual fuerza que le impida un objetivo. Al contrario, vemos un ser que basa o lucha de alguna forma con su intelecto y la forma de ver todo lo que le rodea, en solo “lapsos temporales” distintas épocas, formas de vida y la nada, dejando así una especie de incertidumbre que le dicta que siempre existe un cambio para todo, excepto para él, quien a lo único que puede aspirar (al parecer), es a tratar de comprender esos momentos en su existencia, guardarlos y valorar cada especie que le ha acompañado desde el inicio de los tiempos.

La ilustración cumple su cometido en todo momento pero deja en claro que en esta entrega al menos, la historia es lo importante. Predominan los tonos fríos, que demuestran la calma y la distancia con la que el personaje ve nuestro mundo. En algunos puntos la tipografía cambia (a manuscrita) para dar énfasis a los pensamientos o algunos momentos de meditación, sin embargo puede lograr distraer al lector dados los trazos un tanto estrechos (o más “a mano”) creando que el ritmo de lectura sea en ocasiones desigual.

Personalmente la incógnita que se tiene que resolver sobre la inmortalidad, la existencia y el nacimiento, el desenlace del personaje y su historia (saber si al final podrá morir o no) y sobre todo, ver que tipo de enemigo lo estará esperando, son los detalles que mantendrán mi interés en los próximos números de Days Missing, un cómic que promete ser bueno.

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