Seaguy: Slaves of Mickey Eye

Una muy extraña historia que esconde elementos profundos acerca del mundo en el que vivimos y sobre quienes somos.

Publicado por Vertigo, escrito por Grant Morrison (All-Star Superman, Arkham Asylum, Seven Soldiers, etc) e ilustrado tanto en interiores como en portadas por Cameron Stewart (BPRD, Detective Comics, Invisibles, etc), este Seaguy nos arrastra por una aventura de tres números donde cosas muy extrañas pueden suceder, imágenes que sorprenderán por lo surrealista y algún que otro momento bastante cómico que nos enseñan no solo páginas bastante coloridas y rostros llenos de emociones, también entre dejan notar en lo profundo la idea con la que está construido el mundo (o al menos, en la mayoría de las ocasiones)

Seaguy es un súper héroe que sabe o teme que algo anda mal con la realidad en la que vive; años han pasado y algunos de sus enemigos han cambiado de profesión a algo más provechoso y menos destructivo, la gente sonríe sin cesar y un extraño fantasma del pasado quien hubiera sido su compañero “Chubby” le empieza a hostigar con alertas. Es por eso que Seaguy tratará de desenvolver ese velo que cubre “la verdad” aún si al inicio no se encuentre en la disposición correcta de “querer destruir los planes de Mickey Eye”

Uno de los mensajes inmediatos de la historia, (la cual no deja ni un cabo suelto y que cuenta mucho en tan solo tres números) es la que plantea el villano, controlar al mundo de una forma casi secreta o inconsciente a través de emociones y sentimientos falsos reflejados por un escenario de “feria de diversiones” donde el público literalmente es embobado totalmente mientras deja sus sueños y esperanzas a merced de la propaganda del gran ojo de Mickey. Vemos una clase de reflejo a lo que en ocasiones pasa en este mundo; y es que se podría decir que de pronto es tal el “bombardeo de publicidad a la que nos sometemos diariamente” que muchas veces podríamos olvidar que es lo que realmente deseamos… y no solo una gran McBurguer con queso extra y papas gigantes.

Las ilustraciones como ya mencioné, son bastante coloridas y denotan inmediatamente el humor de cada uno de los personajes, o las acciones de estos. Sobresale especialmente la sorpresa que de pronto vemos en un cuadro o página y que nos muestra ese mundo surrealista donde cualquier cosa puede pasar, desde pulpos metalizados, hombres gigantes, peces voladores fantasma, ojos dotados de pies y manos… o una mujer barbuda. Sin duda Seaguy: Slaves of Mickey Eye, es una buena sorpresa para el que se aventure a leer sus páginas, y dejará con buen sabor de boca y una sonrisa a sus lectores.

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