El paciente nombrado como “N” por el doctor John Bonsaint ha muerto luego de sufrir por una aparente maldición.

Cuatro números adaptados de una historia de Stephen King cuentan como un grupo de personas pueden enloquecer al punto de dejar en duda al lector sobre si en verdad existe o no un peligro sobrenatural. Un misterio que cada quien tratará de entender a su propia forma.

Cada día que pasaba, el paciente N deambulaba más y más mientras contaba todos los objetos que le rodeaban, que pudiera ordenar para mantener alejadas aquellas pesadillas que por las noches le atormentaban. Y no solo eso, también para tratar de contener el mal que pacientemente esperaba una equivocación para que su sello en la colina de las rocas se rompiera al fin. Tantas tareas, resguardar el orden de las cosas, los números que se presentaban ante la mirada de N, fueron las mordidas que finalmente le quitaron las fuerzas para vivir.

Y esto terminaría aquí, de no ser que alguien, su terapeuta, le escuchaba en cada sesión mientras intentaba comprender y guiar a su paciente para librarle de tal infortunio. Tal locura.

Publicada por Marvel, esta serie de cuatro partes narra de manera bastante inteligente (gracias a Marc Guggenheim) por medio de diarios, cartas, pensamientos e incluso informes policiales, una serie de eventos donde siempre está presente la muerte de quienes descubren una misteriosa colina de (al parecer) ocho rocas y de las cuales solo siete son vistas por el ojo humano dejando la última como un símbolo siniestro y macabro repleto de misterios que dejan al lector imaginando si en realidad existe un demonio, un mal que espera al descuido de sus “guardianes” (los torturados personajes de la historia) quienes para mantener un control o un cierto balance son insistentemente asediados por la idea de ordenarlo todo (sobre todo en conjuntos de siete). Algo que en términos del Dr John Bonsaint se resume a mucho insomnio y un síndrome obsesivo compulsivo ¿Pero cuál es la verdad?

Si hay algo genial en N, (aparte del arte por Alex Maleev) es la forma tétrica en como la narrativa arrastra al lector página tras página, nunca revelando la verdad cierta, y tampoco negando un mundo de fuerzas malignas. Logrando así una especie de maldición sobre los personajes quienes aún teniendo distintas creencias o dedicaciones terminan bajo la mordaza de las siniestras rocas de la colina.

Estamos ante una historia sin fin, un torbellino del que (después de leer el cómic) uno no sabe si en verdad hay algo que pueda detener la locura o el mal que reside por debajo de la octava roca, sin duda algo que puede o no molestar a más de algún fan del misterio, pues nunca se ofrece una verdadera explicación en lo que gira en torno al tema demoniaco de la historia.

En lo personal siento que cuatro números son exactos para N, la forma inteligente en cómo se narra por varios personajes y sobre todo las notas de diario etc, son detalles que logran adentrar al lector como si este fuera un especie de testigo en esta historia que desde el primer número se mostró intrigante.