Chatroom
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Dentro de la Red existe un mundo donde la vida ordinaria parece morir de un frío aburrimiento

Hideo Nakata, popular director japonés que en el pasado presentara cintas (ya clásicas en su género) como Ring, Ring 2 o Dark Water ahora llega con una nueva propuesta y en lugar de hablar de fantasmas y otras entidades, nos lleva por un lugar que desborda de una falsa vida y engañosas sonrisas.

Lo primero que llamará la atención es el sumo cuidado de la representación en como los personajes sienten aquel mundo en la Red. Colores altamente brillantes y salas con multitud de personas de diferentes lugares se extienden ante los ojos de William (Aaron Johnson) un muchacho que prefiere charlar y convivir por medio de un chat, que con su propia familia, misma que le ha impuesto terapias y que le trata de restringir los medios digitales para “limpiarle” de aquella obsesión que le ha encerrado dentro de sí, y que no le permite expresarse con libertad y confianza con el mundo real.

Un mundo real que tal como lo ve William y otros chicos, palidece totalmente en comparación con el virtual, colores apagados, tonos grises y rostros fríos resaltan y chocan con todas aquellas diferencias que sin duda destellan y crean un algo enajenante y casi fantástico.

Tal como dice el título, la mayoría de la cinta transcurre en un chatroom donde este grupo de personas hablan de sus problemas y otras cosas. Asuntos que al inicio son tomados de forma amigable por todos y que da cierta imagen de confidencialidad con el público, un lugar seguro donde uno puede sentarse y confiar en otra voz, claro, hasta que la historia empieza a girar y torcerse; es cuando se refleja en la cinta que exactamente uno no puede confiar de alguien que nos habla desde otra computadora y de la cual estamos a merced de creer en su personalidad e intenciones.

Es entonces cuando el mundo vibrante y hermoso se transforma en una trampa cruel para aquellos que hablan demasiado y prefieren confiar en un desconocido que en su propia familia o amigos cercanos.

Algo inteligente en esta película es que nunca llega al borde de lo absurdo, sobre actuado o ridículo, en lugar de eso, se mantiene constante y deja evolucionar a cada uno de los personajes de una forma natural, cada uno con sus defectos y virtudes que al largo del desarrollo los unen o separan, siempre manteniendo una sutileza entre la melancolía, la desesperación, la rabia y la soledad.

Chatroom, de noventa y siete minutos de duración y distribuida por Pathé y Revolver Entertainment, es bastante entretenida e intrigante, pues la forma en cómo las cosas se van complicando en medio de unas intenciones engañosas y tétricas dan un buen ejemplo de lo que (estoy seguro) sucede todos los días dentro del internet y sus redes sociales.

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