De una chica que repentinamente se desmaya en el metro a una que antes de eso se vomita sobre un señor… literalmente.

Dos versiones, una coreana y la otra americana, la primera estrenada en 2001 y la segunda, el remake, aparecido directamente a dvd en 2008. Una comedia romántica sobre una chica de impulsos un tanto violentos que logra superar una desgracia por medio de alguien que no se puede resistir a que una mujer hermosa le maltrate.

Si, últimamente y siempre el cine ha estado plagado de comedias románticas donde ya todos sabemos el final que le espera a cada historia; comedias que más o menos a la mitad cambian su tono a algo más dramático, lo típico, para luego desvelar el mágico encuentro entre los enamorados… con un desenlace casi mágico lleno de felicidad y… “fin”

My Sassy Girl repite la formula pero llama la atención en ser, en su versión coreana, una de las comedias se podría decir más importantes de los últimos años, de hecho en el tiempo de su estreno llegó a ser comparada con el éxito de “Titanic”, una historia quizá no muy innovadora sobre “chico conoce chica” que se ganó al público por un par de personajes que siempre al instante de estar juntos pasaban cosas hilarantes… y eso sin hablar de la tenue violencia.

De ciento veintitrés minutos, es la historia de Kyun-woo, un joven que quizá no ha tenido mucha suerte en el amor, alguien al que su tía habla insistentemente para presentarle una chica y que un día tiene la “desgracia” de toparse con una borracha desconocida en el metro que luego de vomitar sobre el peluquín de un señor, se dirige a él con el termino de “amor” cosa que a los pasajeros inmediatamente les hace pensar que ambos son pareja. Lo siguiente, Kyun-woo entra en un torbellino de sucesos para cuidar, conocer y entender a la extraña joven que le golpea, amenaza de muerte, tortura y le convierte en testigo de riñas en la calle, claro, todo de la mejor forma posible.

Si hay algo que inmediatamente llama la atención es el directo humor de miradas amenazadoras, gestos de burla y enojo, golpes casi irracionales y sobre todo (gracias a esto) el desarrollo de una relación entre dos desconocidos, “víctima y victimario” que de una forma obviamente cómica pasaran sus días aprendiendo uno del otro mientras traspasan una serie de historias de todo tipo (escritas por la chica del metro).

Por otra parte para quienes no gusten de ver muestras de vómitos a desconocidos, y rostros de furia existe la versión americana “light” de noventa minutos donde como ya mencioné la mayoría de los chistes han sido omitidos quizá para brindarle une seriedad más fría al personaje de Kyun-woo, aquí llamado Charlie Bellow que de forma más casual, simple y dramática trata de comprender a la chica (Elisha Cuthbert) que por supuesto no vomita a nadie, ni es tan violenta y trata de escribir historias más “normales”.

Personalmente ambas versiones tienen sus pros y contras, sin embargo me inclino más a la coreana (además de ser la original), no solo por mostrar más acerca de ambos personajes y sus vidas, si no por estar directamente basada en hechos reales escritos por Kim Ho-sik los cuales posteriormente dieron pié a la novela y a la cinta mencionada, lo cual llama mucho la atención.