Dredd
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A quedado lejos, muy lejos, la caricaturizada película de 1995, ahora Pete Travis toma las riendas y entrega una enorme dosis de violencia.

La civilización esta en el borde del precipicio, la sobre población, el desempleo, la falta de recursos y el alto grado de criminalidad esperan y devoran sin misericordia alguna al inocente; un mundo en declive donde prácticamente ya nada se puede hacer más que una cosa, pelear el fuego contra fuego.

Adaptación del comic británico por John Wagner y Carlos Ezquerra y publicado en la revista 2000 AD en 1977 (de la cual su versión americana podría ser Heavy Metal) es la historia de un futuro sin esperanza y donde la humanidad apenas sobrevive, un lugar apocalíptico completamente violento que no guarda instante para mostrar sus garras y destrozar a quien se atreva a poner orden al caos.

Una película dirigida por Pete Travis (Omagh, Endgame) y escrita por el novelista británico Alex Garland, conocido por la novela The Beach, cintas como 28 Days later, Sunshine, la serie Batman: Black and White, el videojuego Enslaved: Odyssey to the West y el guión original para la “futura” película de Halo; ambos forman equipo para entregar no solo al público, a los fans del comic, una muestra que deja prácticamente en el olvido la versión de1995 protagonizada por Sylvester Stallone.

Ahora, protagonizada por Olivia Thirlby (la novata), Lena Headey (la mala) y Karl Urban como el juez, jurado y verdugo, el temible Dredd; dicha adaptación pone a muestra una gran dosis de cruda violencia al muy estilo de Robocop (1987) con un estilo cyberpunk de tonos sucios, una fotografía contrastante y momentos “slow-mo” que irónicamente plasman una belleza de colores y tonos vivos dentro de un contexto de sangre y muerte. Una hora y media de un tipo de cine que probablemente no se ve desde los ochenta y que regresa ahora para poner en alto su estilo “mature” que sabe mostrar el gore en el momento exacto y con unos encuadres que lo colocan como la herramienta para que el público comprenda cuan peligroso es el mundo de Mega-City One, metrópoli de 800 millones de personas y 17,000 crímenes reportados diariamente.

La historia siendo nada del otro mundo, funciona a la perfección, básicamente Dredd y la novata (aspirante a Juez) tienen que subir piso a piso de un gigantesco edificio (City Block) hasta detener (asesinar) a Ma-Ma (Lena Headey), en su camino obviamente topándose con cuanto criminal, violador, drogadicto haya en el lugar, resumiendo a un baño de sangre, uso de armas alto calibre y la muerte de cientos de inocentes, un ruidoso viaje de concreto y muros destruidos bajo las herramientas de la alta tecnología y la psicopática humanidad en todos y cada uno de sus personajes (tanto buenos como malos)

Violencia contra violencia, asesinatos penados con asesinatos, sangre pagada con sangre, criminales hambrientos de poder y una fuerza policiaca que actúa totalmente deshumanizada; ambos bandos peleando por las cenizas de un lugar done el inocente pierde todo al momento de nacer, Mega-City One es un infierno que guarda límite con el desierto de la tierra maldita, donde las cosas son mucho peor.

En lo personal una película prácticamente de culto para ver y esperar que algún día lleguen sus dos secuelas.

Y que decir de la música, Paul Leonard-Morgan ganador del premio BAFTA, imprime una personalidad al film con sus ritmos rock electrónicos de golpes fuertes que harán que cada momento en Dredd sean realmente intensos hasta su contundente desenlace.

Apocalipsis en todo su esplendor y una fuerza de la ley que lucha con la misma violencia que reprueba.

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