Black Mirror: Be Right Back
black mirror drama

Prosigue la serie inglesa estrenada en 2011 y que ahora regresa en una segunda temporada.

Igual que anteriormente, Black Mirror se enfoca en demostrar diferentes puntos de vista, la mayoría dirigidos a presentar como la tecnología puede traspasar la línea de la utilidad, para convertirse en cómplice de una enajenación y deshumanización; una serie que desde su primer episodio contempla un trágico drama.

Be Right Back, dirigido por Owen Harris y escrito por Charlie Brooker (escritor de la pasada temporada exceptuando el capítulo The Entire History of You) plasma, como ya mencioné, una historia de drama que mantiene el estilo en hacer énfasis en los puntos negativos del avance de la tecnología y sus efectos en la sociedad, en el actual caso, una mujer que trata de lidiar con la repentina muerte de su pareja.

Martha y Ash son felices, a los pocos minutos uno se percata que esto es evidente, una pareja que no es perfecta pero que al parecer siempre ha mantenido la comunicación; problemas del pasado, recuerdos y charlas pasan de forma natural sin llegar a ningún tipo de confrontación o mayor disgusto; tal como se muestra, dos seres humanos que en lugar de esconder sus defectos, simplemente viven aceptándose el uno con el otro y sin complicaciones.

Pero las cosas cambian cuando para empezar, uno nota que Ash es alguien que constantemente está prácticamente pegado al celular, atento a cada segundo de la actualización de sus conocidos en algún tipo de Facebook, cosa que no solo le aleja por instantes de las conversaciones de Martha, también del mundo que le rodea. Un problema que parece no complicar mucho las cosas, una ligera molestia que sin embargo, es el detonante de un mayor problema.

Es cuando el espectador imagina, pues nunca es revelada la razón de los hechos, que la causa del mortal accidente donde Ash pierde la vida es a causa de la típica manía con el celular, algo que pone de cabeza el mundo de Martha, una mujer que de pronto se mira solitaria en el mundo, y, para colmo de los males, embarazada.

Y clásico de esta serie inglesa, es obvio decir que la historia tomará un rumbo (aún más) trágico e incluso tétrico, cuando luego del funeral y las condolencias, Martha es sorprendida con un extraño servicio recomendado por una amiga suya, un correo que brillando en su laptop le dice o le explica que hay una forma para que ella mantenga la comunicación con la persona que acaba de perder, claro que esto es una verdad a medias, pues lo bizarro del asunto, es que solamente se trata de un programa que luego de tener un acceso total y analizar todas las pláticas por celular, chat, Facebook y demás estilos de comentarios en actualizaciones de estado, logra crear un perfil que cuadra, o encaja con la personalidad del (en este caso) fallecido, peor aún, agregando un servicio de voz para que la comunicación sea más directa o realista.

Como es de suponer la historia tiene un giro tétrico al notar que Martha comienza alejarse más y más de sus seres queridos, en este caso su hermana quien se preocupa mucho por ella; las pláticas con este programa se convierten en algo totalmente habitual al punto que casi se podría tratar del mismo Ash, aun así, existiendo una muy ligera barrera en la conciencia de Martha que le dicta que nada de eso es real, claro que con el pasar del tiempo, esta línea se difumina hasta casi perderse por completo; el espectador es testigo entonces de como las cosas van a peor llegando al punto de la enajenación y el distanciamiento con una realidad que no ha sido aceptada. Todo esto a un desenlace donde el público deberá pensar en las consecuencias.

Como siempre interesante, con muy buenas actuaciones y una narrativa llena de emociones, Black Mirror en su segunda temporada, sigue sorprendiendo. Una serie que invita a razonar sobre la tecnología y el peligro que acarrea cuando su uso es desmedido o sin responsabilidad.

black mirror drama series horror suspenso tecnologia peligros comunicacon

Compartir en: