Wolfenstein: The New Order | Reseña

“En caso de dudas, por favor dispare” esa debería ser la frase de Wolfenstein durante todo el juego. Sí, yo siendo un psicópata sanguinario de los juegos de disparos –me pueden llamar Andrés- jugué y aniquilé nazis en todas las formas que Wolfenstein me permitió. Y les comparto mi reseña, por si dudan de comprar un juego para repintar su pantalla de color rojo sangre.

HISTORIA NAZI 101

Alemania gana la Segunda Guerra Mundial y establece un imperio en todo el orbe, dominando tierra, mar y cielo, los nazis están en todas partes, ya sea desde un laberinto interminable de trincheras, hasta submarinos atómicos gigantescos, y sin olvidar que la luna también está ocupada por la famosa raza aria pura. Es un nuevo orden y todos están regidos por ellos, y controlados por el miedo y una situación en la que no hay cabida para la rebelión, pues la poca resistencia que quedaba, está aprisionada. Las grandes mentes que se reusaron a trabajar para los nazis, están encerradas en campos de concentración, los soldados que planeaban derrocar al régimen, se encuentran encarcelados de la manera más cruel posible, o son víctimas de experimentos biotecnológicos.

En Wolfenstein: The New Order seremos B.J. Blazckowicz, un verdadero badass hecho y derecho, quien invade Alemania, y logra escapar de una muerte segura, en uno de los laboratorios nazis donde usaban humanos como conejillos de indias. Sin embargo, por un pedazo de metralla, pierde el conocimiento, la memoria y su movilidad, postrándolo en una silla de ruedas por años en un hospital psiquiátrico. Una vez que despierta, recobra la conciencia y se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, es cuando un desafortunado evento entre los doctores del lugar y unos nazis, hace que a B.J. se le encienda la mecha, y sus músculos empiecen a recuperar la memoria: Blazckowicz está enojado y mucho.

El problema viene cuando se entera de la situación mundial, y digo “el problema” porque los nazis no saben lo que les espera.

SOY UN ASESINO SANGUINARIO EN POTENCIA

Wolfenstein: The New Order es un juego con cero censura a la violencia, de hecho se les olvida lo que es eso. No esperen ver muertes comunes y escenas cortadas, a excepción de solo una, la cual hubiera sido demasiado mostrarla, pues recordemos que es un FPS, no un juego de horror.
Para ser un verdadero loco desquiciado que va a matar a diestra y siniestra, necesitamos armas, muchas armas y demasiadas e infinitas incontables interminables balas. Tendremos cuchillos, pistolas con silenciador, metralletas, escopetas, rifles de francotirador, bombas y un arma de laser la cual es LA pistola. Para empezar, todas menos la última, pueden utilizarse de a dos, provocando que no podamos utilizar la mira, pero en estas instancias ¿a quién le importa? Con dos metralletas cargadas de munición, eso es lo de menos.

Cuando tengamos los cuchillos seremos capaces de aventar uno de ellos a cierta distancia, pero con un final feliz, pues morirá de inmediato y sin hacer ruido. Además que con varias muertes en modo sigiloso, iremos desbloqueando trofeos de PlayStation. Esto también sucede matando de ciertas maneras, como disparando desde la cintura, o deslizándose, matando perros mientras duermen, etcétera.

Respecto a la pistola de láser, estamos hablando de tecnología que los nazis crearon y dominaron, aunque eso de dominar quede a deber un poco. Hablamos de un arma súper grande, pesada, medio estorbosa y muy choncha, la cual tiene dos modos, la de disparar un haz para derretir fierro y abrirse paso por algunas paredes de metal, y la otra es el modo de disparo, donde el término “armas de destrucción masiva” toma sentido. Es la única con la que le haremos verdadero daño a los robots, a los súper soldados, perros robot y a los que traen armadura. Pero si quieren verse más sádicos, ataquen a los soldados normales y verán cómo explotan frente a sus ojos, quedando en varios pedazos regados por el suelo. Esta pistola va mejorando conforme avanzamos en el juego, siempre y cuando encontremos unas cajas enormes que contienen la actualización. El único pero que le pongo, es que en vez de munición, requiere recarga de energía, que se hace desde unos dispositivos en las paredes, los cuales aparecen muy seguido.

¿Quieren que hablemos de usar armas ajenas? Lo haré y déjenme decirles que es la parte más irónica de todo. Nazis crean armas súper destructivas, y resultan ser usadas en su contra: brutal venganza. Las que mejor saben son varias, entre ellas las metralletas montadas, que para ser usadas requieren moverse soportando todo tipo de daño hasta llegar a ellas y empezar a acabarse las balas. Sobra decir que no solo los matan, sino los despedazan alegremente. Las metralletas gigantescas que cargan los súper soldados son otro placer tipo paleta magnum, pues destrozan los oídos por el ruido que hacen, y a pesar de ser muy pesadas y no permitir correr, las salpicadas de sangre son como fuentes. Y para finalizar, está la batería anti aérea, que más bien la usaremos en contra de robots muy grandes y un puñado de soldados que terminan hechos cenizas, literalmente.

MEDIO AMBIENTE NAZI

Wolfenstein: The New Order retrata de manera exageradísima –y es obvio por ser un juego- lo que hubiera pasado en caso de que los nazis ganaran la guerra. Sin embargo, es imposible no aceptar que muchas cosas eran ciertas, tales como su manera de ser, los niveles organizacionales, edificios donde muestran lo grandes que son, el régimen militar, la locura que los caracterizaba y el ferviente deseo enfermizo de controlar al mundo. La parte tecnológica quizá sí hubiera sido posible, pero no con tal magnitud y ni en esos tiempos, pues dudo que la biotecnología que manejan en el juego, estuviera desarrollada en tales cantidades.

También es importante recalcar que Wolfenstein hace honor a su juego original, donde lo importante es disparar y derramar sangre, no tanto así la historia, a pesar de ser entretenida y tenernos luchando por un motivo. Sin embargo hubiera querido un poco más de locura al aire libre, con cierta más de libertad para no tener que seguir un camino preestablecido, y así acabar con mis enemigos más a mi gusto. No me estoy quejando, de verdad que no, pues hay muchísimas escenas en donde se puede disparar a placer y ver caer los cuerpos inertes de los nazis.

No hay escenario que no diga a gritos “soy nazi”. Prisiones, campos de concentración, corporativos, y hasta la luna. Eso quizá fue lo más extraño, pues hacen del mar de la tranquilidad, una bodega enorme de artefactos de muerte. Y con Blazkowicz se convierte en sangre derramada por todo el piso. Por si tenían duda, una vez muerto un enemigo, si le seguimos disparando, seguirá salpicando el líquido rojo. Así de loco me puso el juego, al grado de acribillar a los alemanes.

Todo el juego es absolutamente muy pasable, de una u otra manera lograremos avanzar, ya sea por aprendernos las rutas o movimientos de los soldados, o por encontrarlos en un momento de descuido, pero generalmente será por la pericia y habilidad de uno mismo. Sin embargo nada de esto sirve al llegar al final, el cual tiene toda la cara de que ahí terminará el juego. Me quiero referir a que los niveles están diseñados para ganar, y esto lo digo después de haber terminado en el nivel difícil, uno abajo del más complicado. Los personajes compiten bien, pero son más propensos a fallar, no persiguen tanto, tienen patrones de movimiento y su inteligencia artificial no es lo máximo. Los hicieron pensando en un buen reto, no en algo imposible, no así con el jefe final, ese sí es absurdamente difícil de matar.

Gráficamente es un muy buen juego, con buenos mapeos, destrucción ambiental bien diseñada, partículas que se ven reales, con explosiones impactantes y sobre todo la parte de la electricidad que juega un papel muy importante. Bethesda invirtió varios recursos en los gráficos, pero no tanto como en la parte de la jugabilidad, personajes, historia y elementos que agregaron para no dejarlo en solo disparar y ya. El uso de la violencia en este juego tiene un nivel alto, que me impresionó por cómo lo usaban, pero que tampoco quita el sueño. Definitivo, para los niños no está hecho. Papás, cuidado ahí.

La música es buena a secas, sin embargo tiene dos o tres melodías que capturan lo que se pretendía: excitación y adrenalina al disparar, y eso es el punto extra en su calificación, que supieron mezclar ambos elementos y se llevan muy bien de la mano, al grado de que hay escenas que se me quedaron muy marcadas. Y refiriéndonos al sonido, puedo confirmar que trabajaron horas extras para lograr agregar el detalle fino, pues no se pierden los sonidos a pesar de la intensa destrucción. En este departamento puedo decir que salgo más que satisfecho, y más con el sonido de las balas, maquinaria, clima y efectos de fuego. Un diez le daría a la parte técnica de sonido.

No quiero finalizar mi reseña sin mencionar que Wolfenstein: The New Order no es un juego para los que quieran disparar todo el tiempo, a pesar de que esa es la finalidad, pero hay que aclarar que buscar objetos es también una parte importante, ya que sólo así mejoraremos en vida, y en el arma de láser, la cual termina siendo primordial para ganar el juego. Es largo y a veces es demasiado complicado, por lo que quienes busquen algo sencillo, definitivamente están volteando al lado equivocado. Y no, no es un título para niños, a menos que quieran verlos gritando por sangre cuando alguien se meta con ustedes.

¿Me encantó Wolfenstein: The New Order? Por supuesto. Claro que amé y adoré terminar el juego y pasarme noches enteras disparando miles de balas a blancos nazis que deseaban mi muerte. Es un juego que me lo quedo para mi recuerdo y para mi colección mental de shooters que me dejaron boquiabierto. Como ya les había comentado, volví a ser Sam, en los zapatos de Blazkowicz, un poco menos desquiciado, pero al fin y al cabo loco. Volví a sentir la adrenalina y coraje de no pasar un nivel y reintentarlo hasta que no pudiera más. Y pude al final. ¿Volvería a jugarlo? Sí claro, pero después de acabar con los 83 juegos que tengo ahí sin estrenar, por lo que no considero una prioridad. Pero algún día que me sienta frustrado, lo volveré a poner en mi PlayStation 4, abrir el primer capítulo en modo más fácil, y a navajazos morirán todos, nomás por el gusto de desquitarme.

Desarrollado por Machine Games, Wolfenstein: The New Order también está disponible en PC, Xbox One, Xbox 360 y Playstation 3.

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