Slain: Back From Hell | Reseña

La llegada de Slain: Back From Hell a la PC no fue el mejor de los acontecimientos, pues con una calificación bastante mediocre por parte de los usuarios, no podíamos pensar en un buen augurio para la versión rediseñada para consolas. Los gamers de PC que contaban con este juego fueron felices por la mejora en su más reciente actualización, que es la presente para reseñar en Xbox One.

SLAIN

Bathoryn es nuestro personaje especial con poderes de maná y una espada suficientemente poderosa para repeler hechizos, mismo que está destinado a despertar de su largo sueño -lo cual no le parece una gran idea- y matar a siete monstruosidades terroríficas -no para él- que aguardan al final de siete torres místicas. O algo así. Para fines explicativos, Bathoryn será apodado “el batho”, así lo reconocemos mejor.

Slain: Back From Hell es una aventura no para cualquiera, y tampoco no se vale decir que es para los “expertos” quienes han desafiado y vencido a los títulos de Dark Souls. Mucho menos lo vean como un buen comparativo ya que más allá de los gráficos, Slain es simplista como él solo. Aclaremos bien: los controles en Slain no van más allá de golpear y batear poderes de los enemigos, pues rara vez el uso del retroceso será importante debido a su diseño por tiempos. Entiendo claramente que Slain: Back From Hell no es un juego diseñado para jugadores ni expertos ni casuales, pues ese mismo toque “simple” lo hace pasable con cierta práctica a pesar de que nuestro éxito o fracaso en el juego no recaiga directamente en las habilidades de nuestro personaje.

Sí, leyeron bien, a veces pensé que “eslein” (sic) era más bien del género rompecabezas, pues en más de una o doscientas veces, nuestros poderes y destrezas no sirven para nada en cuanto a destrozar algunos oponentes, pues será la maña de atraerlos o engañarlos lo verdaderamente funcional al provocar su muerte. Esto me dejó la sensación de que el batho no es tan poderoso como lo mencionan al inicio del juego cuando yace en su cripta, y más bien se balancea entre la habilidad y la suerte, asunto que me deja intranquilo pues yo esperaba un ser todopoderoso no precisamente creador del cielo y de la tierra.

Si hay dos componentes en Slain: Back From Hell sencillamente formidables, esos son los gráficos y la música, ambos bellísimos por ser a puro pixel y glorioso Heavy Metal de las entrañas del infierno, respectivamente. Quizá como una idea en general no suena de lo mejor mezclar estos dos ámbitos, sin embargo basta unos cuantos minutos para desear fervientemente que el batho venga a nuestro cuarto a rasgar las cuerdas de una guitarra hasta hacerla sonar como el mero chillido de un ángel caído, pero todo pixeleado.

Lo frustrante de Slain: Back From Hell y por lo que probablemente se pueda comparar con Dark Souls, es el sistema de guardado y avance de niveles, en donde ni tan tan, ni muy muy. Ni es tanto lo que debemos progresar para encontrar puntos de guardado, ni tampoco aparecen a cada rato, es sólo que es muy agotador haber hecho caer la furia del batho en algunos pillos para que así como si nada, regresarnos hasta el último punto de guardado el cual probablemente esté muy retirado. Más de lo soportable tal vez.

VEREDICTO

Importante es hacer de su conocimiento que la lista de trofeos no es complicada hasta cierto punto, es muy probable que sólo sea cuestión de práctica y más práctica. Estamos hablando de un juego de paciencia, lógica y saber manejar los tiempos ante un control pobre por su diseño dividido de golpear y bloquear: o golpeas o bloqueas, no puedes bloquear con un golpe de espada como la lógica dicta, debes aguantar al ataque enemigo y posterior a esto darle un fregadazo.

Les repito, mucha paciencia es indispensable para no desfallecer con las mecánicas del juego, mismas que se pueden soportar con la increíble banda sonora y bellos gráficos que vomitan tributos a los 80’s y 90’s, con ciertas semillas de Castlevania y uno que otro pellejito de juego plataformero.

¿Queremos segunda parte? Antes de siquiera hacer un DLC, Wolf Brew Games debe pensar seriamente en fortalecer la imagen de Bathoryn porque el respeto hacia su poderío se ve amenazado por esos ataques que no aterrizan, ni siquiera con su legendaria espada. No manchen.

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