First Strike: Final Hour | Reseña

Odín bendiga los juegos de estrategia simples y sencillos, esos que no requieren demasiada atención a los detalles y se inclinan mejor por darle una bocanada de aire fresco a los gamers. Odín bendiga con todo su poder a Blindflug Studios y su idea de llevar a un juego, la maldita locura que preocupa al mundo entero: una desgraciada e inútil Tercera Guerra Mundial.

TRATA ACERCA DE NADA

A ver, por favor necesito un miembro del respetado que pase al escenario y nos diga una buena razón por la que se han iniciado las guerras. ¿Ninguno? ¿Nada? Muy bien, pues de eso se trata First Strike: Final Hour, de absolutamente nada y el motivo en el que se basa es una tontería: destruir ciudades enteras, aniquilar a su población y acabar con el enemigo a base de bombazos. ¿Lo ven? Absolutamente de nada más que de destruir, el mismo motivo por el cual las naciones más poderosas del orbe están queriendo darse en la torre.

Sin embargo una idea tan descabellada como limpiar las zonas enemigas de sus habitantes, es plasmada de manera tan divertida y por momentos llena de adrenalina, gracias a Blindflug Studios, quienes encuentran la sencillez como el mejor medio para tenernos enajenados durante horas tratando de dominar el planeta. Todos recuerdan aquí los juegos clásicos de estrategia como Civilization, Age of Empires, Starcraft, Warcraft o Rise of Nations, donde debíamos pensar en nuestros recursos, recolectarlos, administrarlos y enfocarlos en la creación de viviendas, armerías, torreones, bases militares, centros educativos y más, todo con el fin de crear una civilización próspera y que tuviera las posibilidades de defenderse de ataques antagonistas, moverse hacia otros territorios y conquistarlos, así obteniendo el control y dominio del mundo.

Pues First Strike: Final Hour no es así y se lo agradecemos infinitamente, pues debido a su estilo de juego de expandirse, crear bombas y lanzarlas, es como nos enamoramos de inmediato y alabamos francamente y con toda honestidad la mecánica de juego. Es cuestión solo de iniciar con algunos suelos, buscar crecer a los lados, ponerse a generar armas, en algunas ocasiones en mejorar la inteligencia, y después atacar con todo y sin piedad, especialmente a las zonas con daños previos para elevar la posibilidad de destrozarlos e incluso invadirlos para hacerlos nuestros. Así más o menos como funciona la guerra.

No, no quisiéramos decir que hay más, es sólo eso y ya. ¿Aburrido? Jamás. First Strike: Final Hour se enfoca en los ataques, en ponernos realmente en la silla presidencial y con los códigos de lanzamiento en mano además del poder de decidir: Kansas debe generar una bomba, Baja California que investigue cuando se viene la embestida, y veamos cómo Río despedaza la ciudad de Sidney. Escalofriante y emocionante a la vez, pues estar en esos puestos ha de requerir pocos escrúpulos para ordenar una limpia de ese tipo ante gente inocente. Pero es un juego, los presidentes, esos sí están con la vida de millones en sus manos.

First Strike: Final Hour contiene una parte importantísima para lograr engancharnos de manera monumental, y esa es la inteligencia artificial tan bella que incluso es engañosa en ocasiones. Algunas partidas para un servidor fueron realmente complicadas, pues en cuanto el enemigo podía, creaba bombas y arremetía con hasta unas diez al mismo tiempo, siempre poniendo a trabajar a las demás locaciones teniendo en mente un ataque lo más letal posible, no dando descanso a mis ciudades que luchaban en contra del tiempo y la merma provocada por la munición.

PERO ESTÁ BONITO ADEMÁS

First Strike: Final Hour está disponible sólo para PC vía Steam, cosa que me puso los pelos de punta ya que su editor y amigo, o sea yo, no cuenta con una a la mano, sin embargo no fue necesario un mega sistema para correr en la más alta calidad y disfrutar con buen detalle y una decente cantidad de cuadros por segundo de toda la experiencia.

Se ve bien y se escucha lindo sin duda, pues a pesar de que la música es incidental y el sonido no cuenta con gran variedad de efectos, es la calidad y el volumen lo que permite identificar las acciones propias y contrarias, para mantenernos más concentrados en lo que vemos que en lo escuchado, pero sin dejar de lado la atención bien merecida por este aspecto, de ahí que seguimos redondeando la creación de Blindflug Studios.

VEREDICTO

¿Me están leyendo en Blindflug Studios? ¿Si les pongo un 4.5/5 prometen hacer una segunda parte con un poco más de opciones de artillería, tipos de ataque, traiciones y algo más que se les ocurra? ¿”Pinky promise” como diría mi sobrina? Va, se las pongo, nada más por lo bien hecho del juego, el conflicto sin sentido emulando perfectamente las cabecitas huecas de los dirigentes mundiales, los bonitos gráficos, la sencillez y la emoción que despierta con cada partida y la manera en cómo se desarrollan las hostilidades.

A pesar de haber sido la venta de verano en Steam, por desgracia First Strike: Final Hour no tuvo un descuento, pero con sus casi 130 pesos mexicanos que cuesta, es una verdadera ganga que no requiere una oferta ni una rebaja, así con ese precio vale toda la inversión por el tiempo que los hará pasar frente a la pantalla y sin recurrir a gráficos, rostros, nombres ni sucesos reales: simples y sencillos ataques administrados desde su silla presidencial y con un solo fin, ganar la batalla por establecer su propio orden mundial.

Y ya que estamos en eso de órdenes, le ordeno a mi editor en jefe y amigo, que ponga un flamante 4.5/5 de calificación a First Strike: Final Hour, se lo ganaron a pulso.

Quiero agradecer enormemente a mi amiga Bere Rojo por facilitarme su laptop que sin la cual no hubiera sido posible esta reseña, te debo unas papas y una coca.

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