FlatOut 4: Total Insanity | Reseña

¿Ya van cuatro Flatout? No tenía idea, de hecho ni conocía la serie, y todo porque siempre he tenido puestos los ojos en los juegos de carreras y destrucción de amistades por excelencia: Mario Kart y Twisted Metal. Toda vez que recibo este juego, es momento de traerles la reseña propia del mismo.

PONCHADO

Y no hablo del argot del béisbol, me refiero a que de principio FlatOut 4: Total Insanity enseña tanto en el menú y con tantas posibilidades dentro de las opciones, que será sencillo y rápido perdernos en el mar de posibilidades, de actividades a realizar, de posibilidades a escoger, y terminaremos por mejor agarrar “Career” y que sea lo que Odín quiera.

Por defecto la carrera implica muchas horas de empeño, de aprender a controlar unos automóviles que se sienten de principiantes por lo intrincado del volante y aceleración y hasta la inercia generada por las llantas las cuales parecen de segunda mano, dejando pocas probabilidades de animarnos a continuar, porque a menos de que su pericia esté por los cielos, es altamente factible que sean derrotados de buenas a primeras, quitando las ganas de seguir.

Ya sea que continúen o no, brincar entre los modos podría resultar en una sobrecarga de información con todo lo posible en FlatOut 4: Total Insanity, pues sin deberla ni temerla, muy pronto estaremos aventando a nuestro conductor por los aires para intentar conseguir puntos en arenas totalmente fuera de la lógica, que no es precisamente el punto a favor en Flatout, pues el juego es literalmente una locura sobre ruedas al cual no debemos tratarlo como un título serio, sino de absoluta diversión. Estas arenas donde nuestro piloto será lanzado, utilizan la técnica del “rag doll” o muñeco de trapo, misma que es de antaño en el mundo de la animación por computadora, lo que me deja una insatisfacción considerable al ver que no le metieron demasiada galleta en esta modalidad (en juegos anteriores el efecto es el mismo) pues créanme que en mis pininos como animador en 3D, era muy sencillo crear estos muñecos.

Volviendo a las carreras, FlatOut 4: Total Insanity entrega mucha variedad en las pistas, armas, conductores y contrincantes, el problema se queda estancado en que es un poco lento el crecimiento de nivel haciendo ciertamente desesperante continuar, pero con una buena pizca de paciencia estarán del otro lado, y ese “otro lado” es el de querer ganar puntos y destrozar vehículos rivales para conseguir mejoras, y así y solo así, avanzar en un juego que por más opciones que nos muestre en el menú, no termina de convencer, incluyendo las mil y una arenas con la chance de desbloquear.

FlatOut 4: Total Insanity, para los que no saben su principio básico, es como un Mario Kart -para entendernos mejor- donde no será precisamente entre amigos la destrucción, más bien se intenta arruinar por completo el auto del contrario con armas más letales que un simple caparazón. Es como si este legendario título de Nintendo haya tenido un hijo con Twisted Metal, y eso no puede dar un resultado malo, pero quizá no es lo que uno esperaría, casi como si el hijo saliera no tan feo pero no tan bonito, a medios chiles pues.

Estamos con FlatOut 4: Total Insanity ante un juego sí en efecto divertido, congruente con la idea y la locura ofrecida, no es que se espere una maravilla gráfica ni de la programación o un título obligado a comprar, pero si aman con locura la saga, no esperen decepcionarse, simplemente no lleguen con las expectativas tan altas, es un buen consejo y deberían tomarlo.

VEREDICTO

Creo que ya lo dije ¿verdad? Pero no importa, lo recalcaré: FlatOut 4: Total Insanity es un buen juego a secas, nada del otro mundo y en verdad si lo piensan comprar no es una mala elección, pero no estaría de más esperar unas cuantas semanas pues es muy probable que lo vean en descuento dentro de muy poco, pues dudo que vaya a venderse como pan caliente.

Pero si no lo compran, no se estarían perdiendo de un juegazo ni de la experiencia de su vida.

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