El Ritual | Crítica

Crítica de El Ritual (The Ritual), dirigida por David Bruckner y basada en la novela de Adam Nevill. Una nueva película que nos sumergirá en el género de terror, protagonizada por Rafe Spall, Rob James-Collier, Sam Troughton o Arsher Ali, entre otros.

David Bruckner se ha lanzado a la dirección de su primera película en solitario con El Ritual (The Ritual). Como en otras ocasiones, después del éxito que había cosechado en el circuito de festivales, una perita en dulce con la que alimentar el género de terror para sus espectadores y de la que ya habíamos visto su primer tráiler hace unos cuantos meses.

Cuatro viejos amigos de la universidad planean un viaje con el que salir de la rutina habitual de sus encuentros alcohólicos: una ruta por el Kungsleden, el camino del rey en Suecia. Sumergidos en el bosque y alejados de la civilización, nuestros protagonistas, interpretados por Rafe Spall (Prometheus), Arsher Ali, Robert James-Collier (Downton Abbey) y Sam Troughton (Alien vs. Predator); comenzarán a sufrir el acoso de una terrible presencia cuyo origen no tardarán en descubrir.

EL TERROR DE NUESTRAS DECISIONES

Aquí tenemos a los típicos colegas, amiguísimos desde los desenfrenados tiempos universitarios, que se reúnen para realizar el también típico viaje de fiesta, alcohol y desfase al que sus años de juventud los tenían acostumbrados. Los años, sin embargo, no pasan en balde y pronto descubrirán lo mucho que han cambiado desde entonces. Tras un detonante provocado por un acto tan violento como inesperado, el plan de viaje se centrará en una ruta de senderismo por los montes de Suecia en los que se convertirán en la presa de una espeluznante criatura ancestral.

“¡La bruja de Blair!”, estarán gritando algunos a sus pantallas. Efectivamente, David Bruckner recupera la exitosa novela de Adam Nevill que, a su vez, repite una fórmula que es una vieja conocida de las salas de cine. La premisa no es su punto fuerte y la etiqueta de “original” que adorna al título será lo más cercano que encontremos a una posible novedad cinéfila, pero su duración (apenas una hora y media) y la formalidad de su producción hacen de ella una cinta idónea.

A pesar de que partimos de la típica idea que los estudiantes cinéfilos lanzarían a su profesor como trama para su primer corto de clase, El Ritual promete ofrecernos una experiencia basada en los entresijos de ese grupo de amigos que tanto ha cambiado con los años. O, al menos, eso es lo que un servidor esperaba. Una trama poco original sustentada por la fuerza de las subtramas y los conflictos que entre ellos surjan, pero mucho nos tememos que se trataba de una conclusión precipitada.

El violento detonante del que hablábamos unos párrafos atrás será el filtro por el que se desarrollará el hilo conductor en el que nuestros cuatro protagonistas deberán sobrevivir. Un bosque en el que no sólo se enfrentarán a una abominable criatura, sino a sus propias decisiones. Serán terroríficas, si atendemos al caso del personaje de Rafe Spall. Éstas, por contra, no nos ofrecerán toda la tensión que ya ha restado su esquema tan repetido y que ni la criatura será capaz de soportar. Hay un buen hacer en el manejo de los tiempos y el tratamiento que Bruckner da las contadas apariciones que su ser mitológico ofrece, pero el guión firmado por Joe Barton se queda algo escaso para los más aguerridos del género.

Aquí es donde muchos encontrarán sus diferencias con El Ritual. Una dirección sobria con una cámara sin excesos brillantes para filmar una cinta cuya trama y estructura son poco imaginativas. Esa pérdida de eficacia para sorprender a los que ya lleven unas cuantas obras de autor del género a sus espaldas limita las posibilidades del estreno. La temática pagana y el género independiente al que quiere pertenecer nos hacen recordar a la exquisita La Bruja de Robert Eggers, y la comparación es una gran enemiga para la cinta si ponemos en una balanza el juego de tensión y belleza turbadora que ofrecen las escenas de ambas producciones.

No todo son sombras, a pesar de todo. Tenemos unos personajes simples con una banda sonora simple en un entorno aún más simple, y, aun así, cumple. El Ritual es una cinta satisfactoria y lo suficientemente entretenida como para que valga la pena. El tercio final de la película la beneficia con creces, alejándose de todo lo manido que ya habíamos mencionado anteriormente y ofreciendo una resolución que, aunque peque de predecible es efectiva. De hecho, serán sus personajes y el constante enfrentamiento con los estereotipos del género los que ofrezcan esa chispa que conecta directamente con las sensaciones de los espectadores ante una trama tan explotada.

CONCLUSIONES

El Ritual es una película de terror algo irregular. Si bien camina por senderos hartos de desgastados y no ofrece grandes soluciones para adornar el recorrido, su construcción, el manejo del ritmo y la introducción de un nuevo esquema para el apartado psicológico de sus personajes hacen de ella una producción disfrutable. La corrección será la realidad más plausible con la que justificar el uso que hace de una trama arquetípica que, aunque no ofrezca el terror y la tensión suficientes como para ahogar a los espectadores, sí se acerca una realización más comercial con la que enganchar al gran público.

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