Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones | Crítica

El Conde Drácula y toda la pandilla de Transylvania está de regreso en una nueva (y húmeda) aventura en Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones.

Si bien nuevamente nos explican una razón más por la que el Conde Drácula (Voz; Germán Fabregat) esta vez conoceremos al famoso y legendario enemigo mortal de todos los monstruos, Abraham Van Helsing (Voz; Pedro Sola), quien busca la eliminación del linaje de los Drácula desde antes de 1897 sin tener ningún éxito.

El director Genndy Tartakovsky, quien dirigió las pasadas dos entregas, ha creado un universo perfectamente explicado y desempeñando distintos valores en el público infantil y en el adulto. Mientras que, en la primera película de la serie, apreciamos como Drácula acepta a Johnny (Voz; Cristóbal Orellana) a pesar de sus diferencias de raza; mientras que en la segunda entrega toda la familia de Transylvania nos enseña algo, desde Mavis (Violeta Isfel) que insiste en explorar el mundo humano y conocer a la familia de Johnny, Drac está concentrado en sacar a la luz, no importa que, los genes vampíricos de su nieto Dennis (Voz; Yasir Ocampo). Ahora, en Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones, conoceremos al Conde Drácula haciendo “click”, esa cosa de monstruos que los humanos llamamos “amor a primera vista”, ¿su víctima? La capitana Ericka (Voz; Galilea Montijo), pero esto no le será fácil a Drac, ya que la capitana oculta un oscuro secreto familiar.

Ahora bien, Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones no es la mejor entrega de la serie, ya que esas cosas monstruosas que, en lo personal, era lo que me enganchaban, ya no suceden puesto que no se encuentran en el Hotel Transylvania, sino en un crucero rumbo a…

Una vez a bordo del “Legacy” (el barco) todos nuestros monstruos favoritos realizan actividades de vacacionistas, juegan en la alberca, toman el sol, pero sin duda alguna, la familia Lobo es que en verdad conoce el significado de las vacaciones, aunque no les duró mucho el chiste. Mientras todos los demás gozan de sus vacaciones, y Drac busca coquetear con la capitana, esta se encuentra planeando un plan apocalíptico para el final del viaje. Por suerte para Ericka y Drácula, el “click” sucede, generando una relación sentimental que poco a poco va creciendo a pesar de sus metas taaaaan diferentes. Por otro lado, se integra un nuevo miembro al equipo, Puppy (Voz; Darío Barassi), quien es la mascota de Dennis y Winnie (Voz; Melissa Gutiérrez), el cual será un elemento clave para descubrir la verdad del crucero, así como ayudar a nuestros monstruosos amigos en su pelea final.

Los instintos de Tartakovsky consisten en mantener la acción en movimiento rápidamente, no importa si tiene importancia en la trama o solo existe para explicar el entorno en el que se encuentra la película, y dejar que una sarta de payasadas amigables para toda la familia, sucedan. Sin embargo, el problema de esta entrega dentro de la franquicia es que todo el conflicto es plasmado en los primeros 15 minutos de la película, mientras otros 50 minutos consisten en reír y ver a todos los miembros de la pandilla hacer diferentes actividades. Tengo que admitir que la “pelea final” es fantástica y te sacará un “¿neta? lol”.

Todo esto hace que Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones parezca más una reunión de amigos de Adam Sandler (porque él hace la voz de Drácula en inglés y literalmente todos los de “Son como niños” realizan voces en inglés para esta cinta). Bien sabemos que la función de esta clase de películas es entretener a los niños y, si es posible, enseñarles algo, pero vamos, algo más profundo en la trama no haría daño.

Las risas no faltarán, tanto de chicos como grandes; la música, a pesar de que es comercial, está muy bien plasmada. Así que, honestamente, vayan a verla, pasarán un buen rato en familia, y para los grandes hay muy buenas referencias sobre la cultura pop de los monstruos.

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