Slender Man | Crítica

La creepypasta más famosa del mundo, Slender Man, por fin ha llegado a la pantalla grande. Si lo vemos en épocas generacionales, Slender Man es de videos online, lo que El Aro fue en VHS. Pero, aunque ambas películas buscan explotar un mito de horror urbano, El Aro es una obra magistral comparada con Slender Man.

Uno esperaría que esos años de producción a costa de una gran distribuidora como Sony Pictures, combinado con los millones de terabytes de información que existen en la red sobre Slender Man, nos brindarían una cinta espectacular, o por lo menos buena. Sin embargo, Slender Man no solo es mala, sino también decepcionante. Slender Man ha estado circulando la imaginación de los cibernautas desde 2009. Una criatura enorme, sin rostro, bien vestido, Slender Man inmediatamente se pensó para la pantalla grande.

Slender Man es una leyenda “viviente”, ha tenido una serie en YouTube, un videojuego y un fandom inmenso, acusándolo de distintos suicidios y convirtiéndose en chivo expiatorio por el enfermo comportamiento de los adolescentes de la época. Si bien muchísimas cosas se han inventado y añadido a la creepypasta; su creador, Eric Knudsen, ha declarado canon oficial tres puntos, 1.- Secuestra niños, 2.- También a todos aquellos que lo investiguen en línea y 3.- No voltees, que está detrás de ti ahora mismo…

A pesar de tener toda esta información y fanfics a su disposición, Sylvain White y David Birke, hicieron que Slender Man se redujera a un monstruo más, borrado de todo misterio.

La historia de la película tiene lugar en una ciudad tan “sin chiste” que ni tiene nombre. Y no estoy diciendo que es un burg de horror donde dejan todo a la imaginación del espectador, literalmente fuera de la escuela y la casa de la protagonista, nada en el pueblo importa. Lo que, sí hay que aceptarle, es que las calles se ven jodidamente peligrosas y mal iluminadas.

Las personas, e incluso nuestras protagonistas, son bastante sin chiste. Hallie (Julia Goldani Telles), quien lo único destacable es su carrera en otras cintas y su gran talento como “la chica dulce” la cual es desperdiciado aquí. Piper (Annalise Basso) tiene una morbosa fascinación por el ocultismo reflejando su deseo por salir del pueblo, Piper es lo más parecido a una persona del mundo real… Por eso le pasó lo que le pasó. Para completar el grupito de amigas tenemos a Wren (Joey King) y a Chloe (Jaz Sinclair), dos adolescentes que no presentan ningún rasgo importante para la trama.

La película esquiva los hechos y las conversaciones, apoyándose de elementos individuales, enviando directamente a las chicas a buscar la forma de sacar a Slender Man de sus cabezas, demostrando una obsesión que solo ellas pueden vivir. Buscando ayuda en lo más profundo de la web, topándose con una versión del mismísimo Eric Knudsen, quien afirma haber sobrevivido a Slender Man de pequeño, y dándole a las chicas algunos tips para alejar a este ser de sus vidas.

La mitología de la película está claramente ideada sobre la marcha, con el único concepto estable de que Slender Man es un maestro para sacar sustos. Aunque cuando Slender Man se vuelve el protagonista de la escena, llega un momento en que él mismo se “aburre” de inducir el horror psicológico a su víctima y termina con un brusco movimiento.

Slender Man pierde de vista por qué él es tan famoso entre las masas, si bien en un momento lo plantean como un rumor para asustar a los niños, la cantidad de foros e información que encuentran no es cosa de un simple rumor. Como podrán darse cuenta en esta crítica, Slender Man más que ser una cinta de horror y más un thriller desesperante de un grupo de amigas tratándose de quitar una idea de sus cabezas. Esta película pone al frente, al centro, y falla espectacularmente en inducir el terror y el mito que era Slender Man. Nuestros más sinceros lamentos para Eric Knudsen, ya que Slender Man (la película) no ofrece mucho que ver, más que el morbo por saber qué hicieron con esta famosa creepypasta.

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