Quiero antes que nada definir el género de Vroom Kaboom, porque puede ser de coches pero no lo es porque no es una carrera, entonces puede ser defensa de torre lo cual sí es básicamente porque debemos cuidar nuestra cabaña o algo así que tenemos, y también debemos destruir el enemigo por lo que ya no sé qué es Vroom Kaboom, pero sí sé que lo jugamos y hasta en Playstation VR y aquí les compartimos nuestra opinión.

DERECHA LA FLECHA

La mecánica de juego es bien sencilla, consiste solo en arrancar un vehículo de los que se ponen a disposición, irse todo derecho y estamparse en la base del equipo contrario para reducir su “vitalidad” si así se le puede llamar. Ya con esta mecánica entendida al inicio de las primeras partidas, vienen los trucos que es de lo que verdaderamente está hecho el juego, pues debemos estar muy pendientes de las armas y ayudas las cuales se pueden recolectar en el trayecto hasta el otro lado del mapa, con los que será más grande la explosión y el ataque a la base enemiga. Estos explosivos no son lo único, pues también es posible tomar nitro para elevar la velocidad y así el impacto con la base, lo cual obviamente generará una pérdida mayor de defensas.

Vroom Kaboom podría sonar como un juego repetitivo -que sí lo es pero no a un nivel mortal- pero deja de serlo cuando cada arrancón en la misma partida no nos permite repetir vehículos, sino que se abre un abanico de posibilidades diferente al anterior, con lo que debemos ser duchos en todos los autos o camiones y así no sufrir y llegar sanos y enteros para reventar al rival. Cabe destacar que también podemos eliminar a los contrarios cuando los veamos en el camino, pues ellos vienen en sentido contrario a aplicarnos la misma mareadora, por lo que sean inteligentes a la hora de usar sus armas, no querrán llegar con lo básico al choque fatídico.

Vroom Kaboom es un juego divertido, no puedo negarlo, pero a la hora de analizar a fondo sus controles no puedo evitar hacer una crítica constructiva, pues por desgracia el movimiento de los vehículos va por carriles, ya sea los propios de la carretera o de la terracería a los lados, por lo que existen límites para moverse y eso no está padre, no está padre en lo absoluto, ya que disminuye el margen de error y no permite que la reguemos olímpicamente como debería ser en un juego caótico como estos. En verdad yo quisiera poder fastidiar mi meta cada cinco segundos y reír más de lo que reía cuando quería hacer saltar por los aires un tanque, lo cual es físicamente imposible, y tampoco en el juego se permite.

Esto de la limitación de movimiento se transporta también hacia la parte de la realidad virtual, donde son los controles Move los que hacen la chamba por el DualShock 4, y por desgracia no manejan una precisión tan buena como uno desearía, haciendo que en ocasiones perdamos de vista el control en pantalla y las órdenes a nuestro carro no sean obedecidas de manera correcta. Realmente usar el PlayStation VR con Vroom Kaboom es una decisión no tan atinada, lo sería si se arreglaran los errores por ahí o dando más chance de re-calibrar la pantalla, pues no es algo que se pueda hacer fácilmente dentro del juego.

Respecto a la parte del multijugador, que es de lo que vive Vroom Kaboom, tendremos que esperar un poco mientras suponemos, se activan los servidores y podamos echarnos partidas contra demás amiguitos en línea.

VEREDICTO

Sin poder ampliar nuestro conocimiento y experiencia en Vroom Kaboom debido a la parte del multijugador en línea, podemos adelantarnos a que Vroom Kaboom es un juego decente con mecánicas muy raras y que preferentemente deberían ser cambiadas, pues a pesar de que tiene un buen contenido y sus reglas son divertidas en conjunto con la variedad de vehículos, sí creemos que le falta el empuje necesario para salir del montón como un juego que valdría la pena pagar una buena cantidad de dólares. Esperemos se arreglen los errores encontrados y decidan darle un giro a un juego que podría ser espectacular en el apartado de realidad virtual, pero gracias a su problemática en los controles, no podemos disfrutar enteramente.