Battle Angel: La última guerrera | Crítica

James Cameron es de esos cineastas silenciosos que repentinamente, de la noche a la mañana, nos entrega una obra maestra en un abrir y cerrar de ojos. Nos ha presentado desde los Aliens más mortales del universo, hasta el cálido romance en un barco en medio del océano atlántico, incluso hasta nos mostró un mundo de hombres-gato de color azul que luchaban por su libertad ante la conquista humana. No cabe duda de que Cameron es un genio, y esta vez lo vuelve a demostrar con la adaptación del manga homónimo, Battle Angel: La última guerrera.

Lo más sorprendente de Battle Angel: La última guerrera, es la familiaridad con la que nos hacen sentir en este universo postguerra. En esta utopía solo existen dos clases sociales, la gente rica y poderosa que habitan en la última Ciudad Flotante, Zalem; y la demás población que trabajan con la basura de Zalem y residen en la Ciudad de Hierro. Así como ahora lo es el fútbol soccer, para el universo de Alita, el motorball es el deporte más jugado y que incluso cuenta con un torneo oficial, donde el máximo ganador se gana un pase para habitar en Zalem. Este universo lo podemos considerar 100% cyberpunk, donde todos los vehículos son máquinas tecnológicamente avanzadas y la gran mayoría de los habitantes de todo el mundo cuentan con alguna prótesis corporal, sino es que son ciborgs completamente.

Hay que mencionar que James Cameron fungió como escritor en la adaptación de Battle Angel: La última guerrera, sin embargo, el director de esta es Robert Rodriguez (El Mariachi, Sin City, Mini Espías, Planeta Terror) y que, al igual que otras películas recientes, esta cinta está basada en el manga Alita: Battle Angel de Yukito Kishiro. Por lo que esperábamos unas secuencias más serias y oscuras, pero el toque de Cameron sale a flor de piel, aunque claro, esto no lo podemos considerar nada despreciable.

Battle Angel: La última guerrera, nos cuenta el “renacimiento” de Alita (Rosa Salazar), tras ser recogida de un depósito de basura de Zalem y siendo reconstruida por el Dr. Dyson Ito (Christoph Waltz). Alita estaba destrozada por completo, sin embargo, su cabeza y materia gris se encontraban intactas, por lo que durante la trama de la película Alita va recuperando destellos de su memoria de acuerdo con las acciones que le van sucediendo. Con su amor y astucia por el motorball, Alita buscará convertirse en la campeona máxima para ganar su pase a Zalem y recuperar el resto de sus recuerdos para saber cuál era su meta, para qué fue creada por la URM. La relación que va creciendo entre Alita y Hugo (Keean Johnson) van creciendo de forma natural, aunque a los ojos de los espectadores no podemos dudar en pensar “¿En Serio se está enamorando de un ciborg?” Pero esta relación, en la película, sirve para explotar el lado emocional de Alita, más que para cualquier otra cosa. Mientras que Alita se va dando paso en conocer su origen y combatir con el gigante Grewishka (Jackie Earle Haley), esta cinta se siente un poco lenta, o bien, a pesar de sus poco más de dos horas de duración, se llega a sentir que no avanzamos en nada. Esto es resultado de que aparentemente la franquicia de Battle Angel: La última guerrera, será una trilogía, o hasta más, dependiendo de su éxito.

Afortunadamente para la franquicia, la perfecta visualización de un universo completamente futurista y hecha en su totalidad de CGI que nos ofrece James Cameron, combinada con las secuencias de acción y desarrollo de historias que promueve Robert Rodriguez, hacen la perfecta adaptación de una exitosa franquicia japonesa, dándonos un estila práctico y libre que le da oportunidad de competir con las mega franquicias de la actualidad. La convergencia de estos dos genios del cine hace que Battle Angel: La última guerrera, cumpla con los estándares de Hollywood, pero sin descuidar la fidelidad con su manga original, dándonos las mismas coreografías hábiles digna de una cinta japonesa, así como armas futuristas y apariencias cosméticas finamente pulidas en su calidad de construcción y CGI, digno de Robert y sus anteriores trabajos los cuales van mejorando con el paso del tiempo.

Battle Angel: La última guerrera es completamente disfrutable por la hábil acción y lo sorprendente que llega a ser visualmente. A pesar de que Rosa Salazar interpreta a Alita, la producción decidió hacer CGI de su rostro, lo que, si ponen atención a la película, podrán ver el motivo de esta decisión. Si eres de los que les gustan las películas tipo Star Wars, Ready Player One, Riddick o similares, definitivamente debes de ver Battle Angel: La última guerrera. En caso de que seas de los aficionados de los comics y mangas y hayas tenido oportunidad de leer los de Alita, podrás llegar a tener algunas quejas de continuidad, sin embargo, estas se pueden despreciar por la buena planeación de la historia en esta película.

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