Máquinas Mortales | Crítica

Imagínense un mundo donde toda la tierra es un desierto inhabitable, por lo que pequeños y grandes cúmulos de personas movilizan ciudades enteras para buscar recursos como combustible, alimentos, materias primas, etc., buscando preservar la cultura de su región. Y muy al estilo Mad Max, las grandes ciudades destruyen y “esclavizan” a las pequeñas alrededor de lo que queda del mundo.

Máquinas Mortales (Mortal Engines) es la adaptación de su homónimo escrito por Philip Reeve, donde gigantes vehículos son las ciudades sobrevivientes de un enorme ataque nuclear ya hace cientos de años. La supervivencia de las poblaciones consiste en el poder bruto o en tener distintos tipos de vehículos que se adapten mejor al terreno para atacar a otras ciudades, o escapar. Ahora, 17 años después de su publicación, el trío de productores y escritores de Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens, así como el director Christian Rivers, forman un cuarteto mágico y muy poderoso para el cine de fantasía y ficción, otorgandonos una obra de arte maravillosa en cuanto a como imaginamos este mundo literario en la pantalla grande. En Máquinas Mortales veremos geniales efectos especiales, así como monstruosos vehículos que si bien son futuristas, no están tan alejados de la realidad del mundo actual. En un término super geek, este universo se podría considerar “Steampunk metapocalíptico” …

La presencia de los productores es sumamente notable, así como los guiños de su casa distribuidora Universal Pictures, siendo que Máquinas Mortales está ubicada cientos de años en el futuro, los accesorios y tecnología antigua (actual para nosotros) es sumamente preciada y hasta digna de un museo. Por lo que, al visitar el museo de Londres, veremos easter eggs de Minions, Terminator, Frankenstein, Star Wars y hasta Atari. Pero no es la única forma de expresión de los productores hacia la cinta, y es que el significado de “la vida es breve, ¡así que hazlo!” que distingue tanto a estas personas, es muy claro, envolviendo al joven “rata de biblioteca” Tom Natsworthy (Robert Sheehan), con la chica badass, Hester Shaw (Hera Hilmarsdóttir), que ha tenido que sobrevivir a las peores condiciones y ahora busca venganza, el “robot” que estorba pero ayuda, Shrike (Stephen Lang), la forajida que llega para poner las cosas en claro, Anna Fang (Jihae Kim) y el villano que a los ojos de todos es la mejor persona de la ciudad, Thaddeus Valentine (Hugo Weaving), quien ha estado recolectando vieja tecnología para volver a construir el arma que devastó al mundo entero. Pese a que Máquinas Mortales está muy influenciada por estas propuestas, no se dejen llevar por qué será “pan con lo mismo”, sino que estos tres maestros de la ciencia ficción logran un trabajo bastante decente al mezclar lo mejor de todas sus obras pasadas.

Máquinas Mortales es una gran película como solitario, si bien en esta entrega buscan explicarnos el origen y razón de las ciudades móviles, así como la trama de detener a Thaddeus, fuera de esto no sucede gran conmoción, algo que en verdad afecte el curso de la historia en el mundo entero, sino que solo nos muestra el atroz plan de la, aparentemente, ciudad más grande contra las colonias sedentarias del gran muro. Hay que darle tiempo y recordar que Máquinas Mortales es una serie de obras literarias, por lo que es de esperarse que lleguemos a tener una secuela y hasta trilogía, y con el paso del tiempo, irnos mostrando todos los aspectos que involucran al mundo moderno de Máquinas Mortales.

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